¿Alguna vez has tenido uno de esos días en los que no importa lo que te pongas, todo se ve horrible y te sientes como un monstruo hinchado?
No importa lo que hagas, estás agotado, malhumorado y fuera de lugar, ¿o tienes hambre pero nada parece satisfacer tus vagos deseos?
Tienes una opción. Puedes esconderte en tu habitación con una bolsa de papel sobre la cabeza para no tener que verte a sí mismo o reconocer que algo no está funcionando, o puedes solucionar el problema desde su núcleo. Tu cuerpo te está diciendo algo importante, y necesitas escuchar. Te está diciendo que lo limpies. Literalmente.